jueves, 31 de marzo de 2011

pero encontrándome, te encontrarás



estrella diurna que asoma
sobre las aguas densas de ese Mar
piedra brillante que cayó
del ojo feroz de la pirámide

surge
de la víbora y de la luna creciente:
manzana que eternamente devoras
para siempre en tu mano. Dondequiera
que camines te rodeo de los cuatro elementos:

                                    la tierra de mi terror
                                    el agua de mi dolor
                                    el aire de mi vuelo eterno
                                    & mi lujuria/ el fuego

Soy niño que canta
ileso en la caldera de tu carne.


Tierra azul soy & jamás en este mundo
he estado desnudo
Luz azul soy, que corre
como el tuétano en la línea delgada de tu aliento

yo congelo
los nenúfares en el estanque turbio
yo lanzo
las astillas del alba como agonía

                                                          noche abajo











Versión en castellano de Sandra Toro


DIANE DI PRIMA (LOBA, Penguin Books, 1998).










miércoles, 30 de marzo de 2011

& dondequiera que estés me encontrarás


acero del vientre de Aries.
O fuego frío que juega
sobre el mar.
cerda blanca mascando bellotas en los camposantos donde las
raíces de roble envuelven los huesos polvorientos de los devas.
Allí, chupa de mis pezones. Crucifícame
en tu escritorio como a un escarabajo. Cabecea
en la música susurrante de los lagartos, reconoce
las epopeyas que murmura el liquen, lee las ramas
& las hojas que caen.


Nutre mi vida con cuarzo & alabastro
& de una vena de mi pierna bebe mi sangre.
Te relincho, te hociqueo, exploto
                                      tu mito verdadero.
Repto viscosa desde una caverna de tu corazón
Siseo, escupo oráculos frente a tu puerta
en una lengua que habías olvidado. Deshago
el rollo de tu desespero, y envuelvo a tus hijos en él.

Por eso me amas.
Por eso
me buscas en todas partes

Porque te di manzanas fuera de estación
Porque muerdo en los límites de la luz











Versión en castellano de Sandra Toro


©DIANE DI PRIMA (LOBA, Penguin Books, 1998).












martes, 29 de marzo de 2011

Y en todas las cosas...

& en todas las cosas estoy dispersa

vellón de oro sobre el ciervo acorralado.
el Nombre de todas las cosas.
dulce veneno batido eternamente
en el océano lácteo.
espejo del futuro.     portal de marfil
de la muerte.
el fruto que tiendo hace girar
la rueda del dharma.
lloro
lloro
agua seca soy, fuego frío, "nuestra"
Materia, madre & matriz
                               eternamente de parto.
La medialuna donde estoy parada
se mece como un bote, es 

el ojo que guiña Dios.








Versión en castellano de Sandra Toro

©DIANE DI PRIMA (LOBA, Penguin Books, 1998).













lunes, 28 de marzo de 2011

Y dónde tú estás...

y donde tú estás, yo estoy


A horcajadas del viento. o sujeta
por dos matones bajo un camión en marcha.
tejiendo en el desván o
saliendo para siempre del corazón del cuarzo
inmensa, monótona, inmutable
como las galaxias; o la lluvia; o
las ciudades perdidas de los dinosaurios, ahora hundidas
en la roca hermética.

¿Quién ahuyenta a los murciélagos de tu ventana?
¿Quién devuelve las palabras que dejas caer otra vez a la semilla?
                                                      ¿Quién te quita las penas del corazón
como piojos & las revienta
                                                      con los dientes?
¿Quién apaga tu fogata con la luna
y esparce las cenizas de tu corazón lúgubre para mostrarte
el Ave que duerme en el carbón, o es
el granate que perdiste?



                               ¿Qué risa gira a tu alrededor
en el viento de la calle?



Versión en castellano de Sandra Toro

©DIANE DI PRIMA (LOBA, Penguin Books, 1998).



















domingo, 27 de marzo de 2011

yo soy tú...

yo soy tú & tú eres yo

donde, revolcándote entre sábanas grises, tú lloras
estoy yo
donde, derramada como niebla
                                                       te dispersas entre los astros
yo brillo
en los océanos negros del mar & del cielo donde
                                       tú mueres
                                       mueres
yo canto
con una voz como la de los ángeles, desde el corazón
del oro virgen,
                        queja del unicornio cautivo
en el círculo infinito

                                      donde te enfrentas
con los vidrios rotos, los árboles perdidos y los hombres
                                                                     boca arriba
en mis playas, óyeme rezar:
                                             de mi lengua
resbalan tus palabras, soy la perla
de tus últimas lágrimas, nada
sino tu carne, aunque se reblandezca

soy gusano
                     en el brote cerrado, estallido
de la nube de estrellas que cubre tu sueño & tu mañana
soy yegua sagrada que pace
                     en el prado de tu espíritu & corres
en mi viento. Oye las campanadas
que rompen desde mis ojos como bebés
luchando eternamente

                                         contra estas ropas que apresan








Versión en castellano de Sandra Toro


©DIANE DI PRIMA (LOBA, Penguin Books, 1998).











sábado, 26 de marzo de 2011

¿Está cautivo?




¿Está cautivo? ¿Se somete
renuente al abrazo de ella? A las garras de terciopelo
que resbalan por su piel dolorida, al pelaje
que seduce su cuerpo (lampiño). Cierra los
ojos. Es
el mártir cristiano desmayado en la arena
el eterno asceta en el desierto
        con estigmas en las manos. Es
su hijo púber, su hermano, el antiguo
emperador de piedra que la va
a desollar viva. Satanás
de pie ante su aquelarre mientras ella teje
alrededor su docena;
                                     se recuesta
en la columna de mármol, roto
                                            San Sebastián
herido por flechas que ella no reconoce.
¿Acaso él distingue
la muerte del deseo,
                                     la pasión de la inmolación? La cola de ella
le golpea los flancos, sus gruñidos
le sacuden el cerebro. Ella sonríe, se inclina

para él, y alza la grupa.




Versión en castellano de Sandra Toro

©DIANE DI PRIMA (LOBA, Penguin Books, 1998). 



















                                



viernes, 25 de marzo de 2011

UN CUADRO DE LA LOBA




Está en un cañón oscuro y sombrío.
En las líneas ondulantes de su pelo leemos
a la doncella
                       venida de algún otro lugar
llegó bastante rápido ante al chico indio
cuyo terror es obvio:
                                     sus pasos detenidos de pronto
                                     su deseo. La luna
ocupa la mayor parte de la escena, la insinuación de loba
en los ojos & la boca de ella ¿Es
lo que llamamos vampiro?¿El Hombre Lobo
de las colinas eslavas? El paisaje:
mesetas de piedra cabalgando sobre la arena, otro dice
el viento en el espacio vasto.
                                                  ¿Qué fuerzas juegan
a eso que llamamos "hechicerías de  navajos"?




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La dama loba blanca baila en las colinas
al borde de las mesetas negras bajo la luna llena
los tallos de la yuca se recortan contra el cielo.
Creo que canta, creo que es su canto de caza

lo que escuchamos. 

Las mesetas se transforman en montañas, la yuca
en el pino ponderosa. Se pierden
en el desierto chato, desnudo, a no ser por la salvia
& ella todavía canta:
apunta con su nariz a las estrellas, se llena la garganta
planta los pies y atrás el paisaje se nubla
como un pergamino que se desenrosca: quietas, la luna & ella.





Versión en castellano de Sandra Toro


©DIANE DI PRIMA (LOBA, Penguin Books, 1998).











jueves, 24 de marzo de 2011

INFANCIA DE LA LOBA


1.
no es que él no fuera recio, sino que su dulzura
prevalecía sobre el resto & cantaba
& se inclinaba & contaba cuentos casi olvidados
a los niños en sus brazos

para qué sirve un hombre
sino para cruzarlo como un puente de hierro
para qué, sino para
anudar el cielo con el cielo


2.
sus manos
se cierran en torno a los barrotes, como se cerraron
sobre el espíritu de su esposa y rompieron
la gargantilla de coral, aquí la llama
chispea bajo, no es que él haya olvidado
el cielo que desgarra su costado
como una flecha.


3.
golpeando & golpeando contra la bóveda del cielo
se eleva el tejado de lapislázuli sobre el turquesa & el jade
& el jade más intenso, encendidos todos en el pilar secreto
de marfil o de asta, volviéndose irregulares
mientras el cuerno del carnero golpea la oscuridad & la desesperanza

le devuelve el grito al sol que nace.


4.
la luna se desliza sobre la textura de musgo
de la pena; el liquen fosforece
áspero en la oscuridad
donde los demonios danzan, fruto amargo
& fuera de estación, arrancado
aunque nadie lo pida, arrancado
donde los árboles blancos brillan en lo oscuro
donde el venado
come el pasto seco a través de la nieve.


5.
él tartamudea y escupe vino
a las flores blancas, estrellas de la oscuridad,
pisotea los helechos antiguos
su voz
tironea de tu mente como las sirenas,
sus ojos
aplastan tu corazón como los cascos ebrios de los faunos
en un Sabbat lluvioso.
su aliento explota; luz roja & humo negro después
de la conmoción, caés.
no es que sea violento, pero las plegarias
que le escribe a la ley se inspiraron en otro planeta
un espacio-tiempo distinto donde el aire morado
tejía sueños alrededor de ocho soles.





Versión en castellano de Sandra Toro

©DIANE DI PRIMA (LOBA, Penguin Books, 1998).























miércoles, 23 de marzo de 2011

LA LOBA VIEJA





Y con qué sufrimiento recuerdo por fin
lo que siempre supe
leer la falsedad de esos rostros ante el Rostro
que ignora el sol oscuro. Ahora soy vieja
¿cómo nadar en aguas profusas o volar hasta el nido
en este viento final? Cuarenta años tardó
en caer la venda de mis ojos, y yo en escuchar
la voz del Primer Hombre cantando en la orilla.
Cuarenta años, la venda ya no está y me encuentro
otra vez al pie de las horcas.

Voy a vomitar las estrellas, voy a destrozar
el sol & la luna. A esta jaula dorada del cosmos
la voy a hacer estallar. Si no, me quedaré sentada
quieta, con las alas plegadas
hasta que el Dedo baje a buscarme.

Sentada quieta, hasta que muera de sed.








Versión en castellano de Sandra Toro




©DIANE DI PRIMA (LOBA, Penguin Books, 1998).