domingo, 18 de marzo de 2018

ESCENAS DE LA LOBA


Ella se paró en la barra a oscuras y trató
de convertirlo en una cobra.
De transformar esos tres cuernos
en la vieja y conocida capucha.



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Oh las paredes
suaves y rojas de las que se agarró, la sostuvieron
apenas un segundo, y se vino abajo
en un torrente de sangre



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Está nevando en la selva de su pelaje,
                                        los cristales
bailan en las cuevas de sus fosas nasales.











DIANE DI PRIMA (de Loba, Penguin Books, 1998).

Versión en castellano de Sandra Toro








Foto: Don Hammond




martes, 9 de agosto de 2011

PERSÉFONE: Repetición



una “vida” no es más real que la otra

no es en la “desfloración” que

florecemos: siempre estuvimos



ahí, en el  límite fluído del Hades

continuamente brotando hacia la vida & la muerte

esta es la patria de la madre co-emergente

esta es la hija de dieciséis, furiosa y lista



ni la hija separada de la madre es

fruto sin fruto; una dulzura

sólo conocida en la fuente donde el manantial

se bifurca

se vuelve él mismo

donde fruta & semilla & flor danzan por igual

intercambiando formas      intercambiando esencias



no hay cuchillo que pueda amputarme de ella

donde bajo a sangrar, a nacer, a morir








DIANE DI PRIMA (de "Loba", Penguin Books, 1998)
(Las versiones en castellano son mías)











viernes, 5 de agosto de 2011

Si no caes en sus manos...

como pan, ella cae


como acero sobre tu corazón. La carne


sabe mejor que el espíritu para qué


tiene ojos el alma ¿Acaso ella hundió


sus raíces en tu abrevadero?¿Acaso mira


desde tu cabeza c/ sus ojos de loba?



















DIANE DI PRIMA (de "Loba", Penguin Books, 1998)
(Las versiones en castellano son mías)









jueves, 4 de agosto de 2011

Mirá cómo esas tetas de vieja cuelgan...

sobre el cuerpo joven y flexible, reconocé en el cráneo
que lleva en su mano, el tuyo. Primero se come
tus ojos & después tu cerebro...





***




Silencio, la joven vieja
te toca, ella es áurea, lleva
un sombrero en punta del que brotan
enredaderas. Chasquea la lengua
en las comisuras de su boca. Dice:
            "El oro blanco
             casi invisible está hecho
             del metal amarillo-rojizo, es
             el Eslabón". Hay cuerpos
que salen de su cuerpo, dobles
de plata, hierro y cobre. Brillan. Se lamen
los labios. Flotando se van. Sus ojos muestran
las aguas que dividen una selva, sus brazos
son enredaderas en torno a vos, su lengua
crece en tu boca. Ella clava
un dedo bien hondo en tu sexo.









DIANE DI PRIMA (de Loba, Penguin Books, 1998)
Versión en castellano de Sandra Toro













martes, 2 de agosto de 2011

Mirá a la joven negra y desnuda que cabalga...


sobre un muerto blanco. Con el pelo
engrasado lo azota & él vuela
por el aire humeante. Ella
se tapa la boca, está comiendo
carne, apesta, y en sus tobillos
se enroscan la serpientes. Su mano
toca la tierra (húmeda). Su mano
agita una sonaja, ella ríe, y sus colmillos
destellan rojo & blanco, engarzados
con rubíes.






















DIANE DI PRIMA (de Loba, Penguin Books, 1998).
Versión en castellano de Sandra Toro

























lunes, 1 de agosto de 2011

Señales...

¿Flota en el viento
con la nariz montada en los canales
de los siete rayos, con los planetas
vibrándole en el cerebro y en los cauces
retorcidos de sus vísceras? Rígida
como su mirada podría ser
su columna, pero se curva, ella la curva
en torno de la maleza, y se echa
al sol.






* * *



Mirá cómo arrastra las tetas por el suelo.
Se las pisa. Ella Baaaaa.
como una vieja cabra negra, plañe a la espera
del hacha. Sentí rodar la cabeza
sobre la tierra húmeda, el chorro de sangre (fuente)
del cuello, fuerte como columna.
Mirá su danza.
















DIANE DI PRIMA (Loba, Penguin Books, 1998).

Versión en castellano de Sandra Toro 












domingo, 31 de julio de 2011

¿Es ciudad?..






¿Es ciudad?.. Sabemos que es portal
& que lo fue, pero ¿el camino
pavimentado de piedras blancas? le lastima
las patas, las luces
la ciegan , ella lo sabe, y a eso viene
a la cúpula revestida de porcelana blanca
de su cerebro, llega
volando en escoba, en mandala de oro,
plato o calendario, y se sienta, con la cola
enroscada sobre sus pulcras patas blancas...


















DIANE DI PRIMA (Loba, Penguin Books, 1998).

Versión en castellano de Sandra Toro