Hice un suelo ardiente de mi corazón, oh Kali,
Para que allí pudieras, amada, bailar incesante.
Nada arde en mi corazón sino un fuego funerario
Nada allí mora sino las cenizas de los muertos.
Oh Madre, que danzas sobre el cadáver del Señor Shiva,
Ven, balanceándote al son de los tambores,
Entra en la ceniza de mi corazón:
Te espero con los ojos cerrados.
DIANE DI PRIMA (de "Loba", Penguin Books, 1998)
(Las versiones en castellano son mías)
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