lunes, 21 de marzo de 2011

JULIANA

1.

Y ahora, amigo. Yo no sé
hacia dónde me lleva esta plegaria
del corazón. Temo que sea
de Satán este pelaje negro
que me obnubila.
El cuerno de marfil pálido, amarillento
retorcido sin fin.

Insiste, el golpeteo alegre de los cascos
la rapidez del viento

nada hay en la tierra que se le compare.
ninguna visión divina
                      éxtasis de luz.
Todo eso, escoria
ante el esplendor incorpóreo
de ese fuego negro.
Señor de los Vientos.

Eshu. Negro unicornio. Los cascos baten
en mi sangre. Mis ojos se nublan.

El hambre destella como un relámpago azul, me
atrapa. Su rienda
se ciñe a mi carne, su mordida
me corta la boca.
Su látigo me conduce a casa
y todo por amor.
Señor del viento Negro, terrible
Padre del Sueño.



2.

La bruma roja cae como una lluvia
de nieve ardiente. El campo es
translúcido como esta ventana,
este cuarto
desde el que veo correr
a la horda de sus hijos
como potros salvajes; vuelven
a encontrar el fuego en el que gritan
tan alto.




3.

Oh él me monta, rompió
                 el espejo, reventó
el aire opaco y viene
del lado más lejano de esta agonía
de sed. Tentador. Me monta
& todo es dolor para siempre
& el fin de los días

paloma, cordero, primera fruta, ganado
todo eso soy.

sacudida en el umbral




Versión en castellano de Sandra Toro

©DIANE DI PRIMA (LOBA, Penguin Books, 1998).




















 

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