Ella se paró en la barra a oscuras y trató
de convertirlo en una cobra.
De transformar esos tres cuernos
en la vieja y conocida capucha.
--------------------
Oh las paredes
suaves y rojas de las que se agarró, la sostuvieron
apenas un segundo, y se vino abajo
en un torrente de sangre
--------------------
Está nevando en la selva de su pelaje,
los
cristales
bailan en las cuevas de sus fosas nasales.
DIANE DI PRIMA (de Loba, Penguin Books, 1998).
Versión en castellano de Sandra Toro